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lunes, 21 de abril de 2014

¿HABLAMOS SOBRE BILINGÜISMO?

¿Bilingüismo o pseudobilingüismo?

Ventajas del bilingüismo:

Siempre se nos ha dicho, de forma insistente, que dominar más de un idioma nos supone más aventajados con respecto a los individuos que únicamente dominan su propia lengua materna.

Desde hace mucho tiempo los investigadores vienen estudiando qué efectos tiene sobre el cerebro el dominio de varias lenguas. Estas investigaciones reflejan que ser bilingüe supone una mayor capacidad para “activar” dos idiomas, lo que trae consigo que, procesos cognitivos como la memoria y la atención se vean favorecidos en cuanto a un mejor rendimiento de los mismos, de igual manera advierten que, aquellos que saben más de un idioma  son capaces de procesar mejor la información en tareas que implican atención dividida y simultánea, así como de poner en marcha otras funciones ejecutivas, entre ellas, la resistencia a la interferencia que nos permite inhibir estímulos distractores y desechar información irrelevante. De igual forma los investigadores se plantean si el hecho de ser bilingües trae consigo implicaciones de carácter estructural y en materia de plasticidad cerebral e indican que en el cerebro bilingüe se activan más zonas que en el monolingüe, sobre todo en el hemisferio izquierdo.

Figura 1. Actividad cerebral bilingüismo vs monolingüismo. 
Fuente de la imagen: inguanacaste.info

En el plano intelectual hay estudios que avalan que un niño bilingüe posee una mayor flexibilidad cognitiva que le ayuda a entender y asimilar conceptos tanto lingüísticos como matemáticos. En este sentido hay expertos que aseguran que, los niños que crecen manejando otro idioma además de su lengua materna, muestran un aprendizaje más lento de cada uno de los idiomas que aprenden, si bien poseen unas habilidades metafonológicas más desarrolladas, lo que repercute en un mejor entendimiento del lenguaje, y ello les hace estar más preparados para afrontar con mayores garantías el aprendizaje de la lectoescritura, si entendemos las habilidades metafonológicas como uno de los prerrequisitos para su aprendizaje. En el área del lenguaje se cree que las personas bilingües están dotadas de un lenguaje más rico en cuanto a la extensión y complejidad de las estructuras sintácticas que emplean, así como un vocabulario más amplio, dado que poseen la capacidad de usar múltiples palabras para expresar un mismo concepto, aunque puedan tener más dificultades y ser algunas milésimas de segundo más lentos a la hora de acceder al léxico, por el hecho de tener que estar continuamente seleccionando el idioma a usar según la situación y los interlocutores. 


Figura 2. Cómo "moldea" al cerebro un nuevo idioma
Fuente: Periódico ABC "El inglés aumenta la materia gris"

De entre las ventajas de ser bilingüe las hay también de carácter socio-comunicativo, cultural, y laboral. No cabe duda que el hecho de conocer varios idiomas permite al niño comunicarse con individuos de distintas nacionalidades. Por otro lado desde lo relativo al acceso al conocimiento, los niños bilingües están en disposición de acceder a la información de forma globalizada, puesto que también habrá un dominio de la vertiente escrita de los idiomas que maneje.  Si nos fijamos en el plano cultural, el aprender varios idiomas va a permitir al menor  conocer la historia, la literatura, las tradiciones del lugar de origen de esa segunda lengua, así como de la suya propia, lo que a su vez, les hace ser más abiertos hacia otras culturas y realidades   Y todo esto, en teoría, debería redundar positivamente en cuanto a oportunidades laborales de calidad.

Adquisición vs aprendizaje de una segunda lengua:  

Hay quienes creen que aprender una segunda lengua es muy fácil y quien piensa que no es tarea sencilla dado que su aprendizaje está condicionado por múltiples variables y circunstancias dispares. De este hecho se desprende una necesidad de analizar cuáles son los requisitos para que el aprendizaje/adquisición de un segundo idioma resulte exitoso.

En primer lugar hay que distinguir conceptos como “adquisición” y “aprendizaje”.  El concepto adquisición implica espontaneidad y un marco contextual natural de interacción con el entorno, mientras el aprendizaje tiende a vincularse a una actividad intencional que conlleva una instrucción, y una planificación para conseguir unos objetivos concretos. 

Cuando a un sistema educativo se le quiere dotar de la característica de ser bilingüe hay que tener en cuenta que existen matices diferenciales en el proceso de adquisición natural de nuestra lengua nativa y las circunstancias en las que los nuestros alumnos aprenden una segunda lengua en las aulas.

La adquisición de la lengua materna se nutre de elementos lingüísticos y los que no son puramente lingüísticos, es decir, el niño a lo largo de ese proceso complejo de adquisición del lenguaje, entra inevitablemente en contacto con él a través de otros canales de comunicación, no menos importantes que la palabra, y que tiene que aprender a comprender e interpretar, tales como el lenguaje corporal, la entonación, los gestos, la expresión facial… La adquisición de la lengua nativa por parte del niño va a tener su escenario en un marco natural y espontáneo en el que se aprenden a utilizar estructuras gramaticales cada vez más complejas sin hacer un análisis constante de lo que se habla y cómo se habla, imitando, repitiendo palabras y frases a sí mismo, experimentando y practicando en interacción constante con su entorno y con sus iguales (que usan su misma lengua) y descubriendo que cada gesto, cada palabra o cada frase tienen una función específica para según qué contexto. Sin olvidar que todo esto se logra a partir del deseo de comunicar sin imposiciones.

Cuando nos marcamos como objetivo que nuestros alumnos aprendan una segunda lengua, intentamos aplicar este proceso de adquisición del lenguaje, descrito anteriormente, en las aulas, sin tener en cuenta que, por un lado, el contexto ha cambiado y, por otro lado, estamos convirtiendo ese proceso, que deber ser natural, en algo consciente y explícito. Tampoco debemos olvidar que cuando aprendemos nuestra lengua materna lo hacemos en condiciones de inmersión lingüística completa, pudiendo interactuar con nuestro entorno. En este último término hay gran disparidad entre los distintos centros educativos, encontrándonos con variedad de oferta, de tal manera que hay colegios que ofertan una inmersión completa en la segunda lengua, mientras en otros esta inmersión es parcial.  Por otro lado, si nos fijamos en la formación del profesorado, también existe una gran heterogeneidad, hay profesores nativos, otros nativos sin formación docente, otros que, si ser nativos, tienen un buen nivel de dominio de la segunda lengua y, por último muchos otros que han tenido que “aprender” ese idioma “a mata caballo” y con un gran esfuerzo para poderse adaptar a las exigencias de su entorno laboral y de un sistema educativo que aspira a “solucionar” esa supuesta “incultura” bilingüe, que se asegura, tiene nuestro país con respecto a otros. Entonces, mi pregunta es: ¿es realmente bilingüe el profesorado?. Este dato es crucial si tenemos en cuenta que la adquisición de un idioma se produce por aproximaciones al modelo que la persona adulta propone. Por otro lado, los profesores de inglés acaban impartiendo, otras asignaturas sin tener especialización en la materia asignada.





En resumen, la naturalidad en la que debería basarse el proceso de enseñanza-aprendizaje de esa segunda lengua, no podría entenderse sin tener en cuenta una serie de variables, y sobre las cuales deben apoyarse los principios metodológicos para su afianzamiento en las aulas, y estos son:
-          La competencia lingüística es sólo una parte de la competencia comunicativa.
-          El desarrollo de la competencia comunicativa es un proceso.
-          El aprendizaje de cualquier lengua requiere interacción con los usuarios de la misma.
-     El aprendizaje de otra lengua comparte ciertas analogías con el proceso de adquisición de la primera lengua.
-      La competencia que se desarrolla es directamente proporcional al tiempo de comunicación e interacción empleado en la realización de una actividad significativa, más allá del aula.

Tras poner todos estos datos encima de la mesa me planteo ¿la implantación del bilingüismo en nuestro sistema educativo cumple con estos criterios?, ¿lo estamos haciendo bien? ¿tenemos en cuenta todas estas variables?, ¿qué ocurre con el aprendizaje del castellano de los alumnos inmigrantes procedentes de países no hispanohablantes?

Bilingüismo y dificultades de aprendizaje: 

Desde el comienzo de la etapa infantil vemos que no todos los niños inician su andadura escolar con las mismas posibilidades, ni en las mismas condiciones.  Algunos alumnos se incorporan al sistema educativo con dificultades y desfases de distinta índole. En estos casos la recomendación más habitual es no escolarizar a estos alumnos en un modelo bilingüe a fin de no aumentar los problemas de aprendizaje ya existentes e intentar que adquieran una mejor competencia de su lengua materna. Por otro lado hay quienes aseguran que los beneficios de la educación bilingüe sobre el desarrollo cognitivo y lingüístico ha ser tenido muy en cuenta también en los niños con dificultades de aprendizaje o en el desarrollo del lenguaje. Los que apoyan esta postura consideran que los sistemas de inmersión total tienen también efectos positivos para el desarrollo cognitivo de estos niños, ya que ningún programa de inmersión, bien llevado a cabo, contribuye a acrecentar los problemas preexistentes. Sostienen que estos niños, al igual que en un sistema monolingüe o de subinmersión, necesitarán apoyos y adaptaciones. Añaden además, que si hay problemas en la adquisición de una primera lengua, también lo habrá en el aprendizaje de la segunda, si bien el eximir al menor del aprendizaje de la segunda lengua no garantiza un mayor desarrollo de la lengua materna. 

Mi postura es que el sistema actual, es más parecido al modelo de subinmersión y por tanto, en mi opinión es pseudobilingüe. Este hecho contribuye a acrecentar las diferencias entre los niños más aventajados y más desfasados, dado que es poco flexible para adaptarse a las necesidades y circunstancias de cada alumno en el momento en que se inicia el aprendizaje de la segunda lengua, y por tanto para darles la respuesta educativa acorde a sus necesidades, que les permitiría aprovecharse de los beneficios de entrar en contacto con más de un idioma, sin que ello supusiera un problema añadido a los que ya de por si tuvieran.

¿Y vosotros, qué opináis?

Fuentes bibliográficas:
1. Adquisición de la primera y segunda lengua en aprendientes en edad infantil y adulta. Navarro Moreno, Betsabé (2009). http://www.ual.es/revistas/PhilUr/pdf/PhilUr2.2010.Navarro.pdf
2. Bilingüismo y necesidades educativas especiales. Amaia Arregui Martinez. Instituto para el desarrollo curricular y la formación del profesorado (CEI-IDC) http://www.hezkuntza.ejgv.euskadi.net/r43-2459/es/contenidos/informacion/dif7/es_2082/adjuntos/documentos/Bilinguismo%20(7)/BILINGUISMO_c.pdf


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